se los digo yo
Lo sé, lo sé. Carece de inspiración. Y es probable que se trate de la estrategia publicitaria más utilizada por el hombre desde el inicio de los tiempos. Puedo, sin embargo, usar la frase «la mejor», como en LA MEJOR NEVERÍA DE LA CIUDAD DE MÉXICO, porque no se trata de publicidad ni de una estrategia. Y no hay otra manera de decirlo. Van a tener que confiar en mí. Y van a tener que llevar a sus hijos. Tómenlo como parte de su educación culinaria, un acercamiento a lo que sabían los alimentos cuando eran reales.
Se llama LA ESPECIAL DE PARÍS y, como suele ser el caso de las cosas verdaderamente auténticas y de alta calidad, también es, pese a sus 95 años de antigüedad, uno de los secretos mejor guardados de CdMex. Seguramente debido en gran medida a que la nevería está ubicada en una colonia aún no gentrificada, y a la relajada postura de los dueños en torno al marketing. Y respecto a la decoración de interiores en la medida que se relaciona con el marketing. Tal vez la bizarra idea de que un producto es capaz de atraer a consumidores únicamente en virtud de sus méritos. ¿Será? De haberse hecho un esfuerzo en cualquier otra dirección, es posible que la nevería hubiese perdido justo lo que la hace tan excepcional.
Lo que pueden esperar:
- Una gran dificultad para escoger un sabor. Esto es nouvelle antes de que nouvelle fuera nouvelle. Como en cuisine. Mucho, mucho antes de que palabras como «antiguo», «súper», heirloom y heritage comenzaran a utilizarse para describir la comida, las opciones de LA ESPECIAL ya incluían sabores como tuna con tequila, fresa con albahaca, cardamomo, matcha, yerba mate, tabaco, jengibre, zapote negro…
- Una distorsión del espacio-tiempo, crica 1984. Tal pareciera que la remodelación más reciente del lugar aconteció por aquellas fechas. Eso, o un cliente muy devoto y con un marcado gusto por el estilo Memphis-Milano, hizo una generosa donación de carteles, junto con varios litros de pintura para pared color peach (¿recuerdan ese tono? casi puedo escucharlo en voz de mi mamá).
- Una mayor dificultad para decidir, una vez que se topen con los «especiales» de majestuosa decadencia, como el Khao, doble porción de helado coco-mango sobre arroz blanco al vapor, bañado con leche de coco. O el Double Ginger Shot, sorbete de jengibre con Canada Dry para mezclar. O el Rollo Philadelphia, un crocante rollo primavera relleno de queso con una bola de helado, espolvoreado con azúcar glass, todo sobre un espejo de salsa de zarzamora…
- Recetas e ingredientes que no han cambiado desde 1921, cuando LA ESPECIAL no era más que un puesto callejero atendido por Domingo Lozada cerca de su ubicación actual.
- Helado de vainilla hecho con vainilla. (Es decir, vainilla de verdad. Es posible que ignoren el dato: hace tiempo que la orquídea de origen mexicano prácticamente se dejó de usar para condimentar cualquier cosa, incluso el helado, dado el procedimiento artesanal y altamente costoso de su cosecha.)
- La conciencia de que están parados (o sentados, si tienen suerte) en lo que Salvador Novo, uno de los escritores y cronistas mexicanos más reconocidos, llamó «uno de los mejores lugares de la ciudad para tomar helado». Eso fue en 1946, de modo que podemos obviar la frase «uno de los», ya que esto fue antes de que todo lo demás se convirtiera en un Baskin Robbins o algo semejante.
- Boby McFerrin en las bocinas, crica 1988. No será producto de su imaginación succionada por el embudo regresivo del diseño interior. El radio también parece haberse estacionado en la época de Reagan, Joan Collins y Don Johnson.
Lo que no pueden esperar:
- Que el mismo Daniel Lozada se acerque tambaleando para tomar su orden y luego responder preguntas acerca de los famosos que han pasado por LA ESPECIAL. Digo, el lugar ya está en su cuarta generación. No tienen permiso de retroceder más allá de los años ochenta.
- Precios altos. Parte de la magia que acompaña un desdén por el marketing que coloniza todos nuestros espacios, es la honestidad de los precios en LA ESPECIAL. Casi dan ganas de decirle a esa gente que debe de cobrar más.
- Encontrar el sitio a la primera. Ubicado en Avenida Insurgentes Centro #117, en la porfiriana Colonia San Rafael, LA ESPECIAL DE PARÍS está localizada en el extremo menos elegante de una de nuestras avenidas más transitadas, flanqueada por nada que se le parezca en términos de giros o estética. La mera hazaña de encontrar la nevería pondrá a prueba su capacidad para ver más allá de los artificios visuales que el mercado reinventa de modo constante para captar la atención de la burguesía urbana. Una pista: ninguno de sus clientes se parecerán a ustedes o a sus amigos.
- Probar una sola bola, un solo un sabor. Adelante. A que no pueden. (Sí, también lo sé. Sabritas no me pagó nada… ¿se lo tendré que pagar a ellos?)